Hábitos y necesidades financieras de la población hispana de EE. UU.

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Uno de los problemas sociales más importantes que enfrentan los latinos en los Estados Unidos es la gran cantidad de obstáculos que les impiden construir un futuro financiero seguro. Estas diferencias financieras comienzan con factores como el acceso a préstamos con intereses altos, un historial crediticio deficiente y una nula o incipiente educación financiera que se recrudece por las limitaciones del idioma, que los expone a prácticas crediticias abusivas y opciones financieras desfavorables. Consecuentemente, no pueden invertir, e incluso no generan riqueza generacional.

 

Muchos inmigrantes latinos no acceden a servicios bancarios, lo que significa que no dependen de las instituciones financieras para depositar y ahorrar dinero. Esta práctica, se deriva de la falta de confianza en las instituciones financieras de sus países de origen, junto con la falta de educación financiera en general. También, es común que las personas dediquen parte de sus ingresos para transferir o enviar remesas a sus países, al cuidado de los miembros de la familia o a mantener a sus hijos en la escuela en lugar de ahorrar para su propia jubilación. Y aunque muchos latinos son responsables con sus finanzas, carecen de referentes en su propia comunidad que puedan enseñarles cómo planificar adecuadamente para su futuro en temas como la jubilación, seguros, o brindar orientación sobre cómo realizar inversiones financieras.

 

Financial habitsEs una realidad que los latinos nacidos en el extranjero enfrentan más desigualdades de los hispanos nacidos en EE.UU., impidiéndoles la plena participación económica, e incluso la discriminación en aspectos como obtener financiamiento para iniciar y expandir un negocio, o en hábitos que para otras comunidades pueden ser más cotidianas, como, por ejemplo, acceder a servicios bancarios, aunque esta brecha se ha reducido. Para el año 2019, el 12,2 % de los hogares hispanos no tenían servicios bancarios, en comparación con el 2,5 % de los blancos y 13,8% en hogares negros.

Por otra parte, los hábitos basados en la idiosincrasia latina se ven reflejados en la importancia de la familia y en la obligación de apoyarlos, cuando tienen ingresos disponibles en los EE.UU. Una encuesta realizada por Mckinsey[1] revela que, el 44 % de los encuestados usan dinero extra para ayudar a los miembros de la familia, específicamente, se identifica como subgrupo a los Millennials hispanos, quienes apoyan más a su familia que sus pares no hispanos (72% vs. 53%).

Otro hábito muy marcado por los latinos es el envío de dinero a familiares fuera de los EE.UU., se estima que el 32% de los hogares hispanos envían hasta el 30% de sus ingresos a su lugar de origen, lo que representa un tercio de todas las remesas enviadas desde los EE. UU. a otros países.

Financial habits and needs of the US Hispanics

El uso del crédito en EE. UU. sigue creciendo a un ritmo alarmante y el crecimiento de la deuda parece estar volviendo a una trayectoria de billones de dólares. Se estima que la deuda de las tarjetas de crédito superó los $900 mil millones en 2021.El uso del crédito incluso se disparó después de tiempos difíciles, y este año, los consumidores estadounidenses parecen pensar que lo peor de la pandemia de 2020 ya pasó, de hecho, el Informe de crédito al consumidor de la Reserva Federal mostró que los saldos de las tarjetas de crédito están aumentando en promedio en un 11% de un mes a otro. En términos de la población hispana, el Informe de finanzas domésticas de la Reserva Federal mostró que casi dos tercios (64%) de los titulares de tarjetas de crédito hispanos arrastraron sus saldos de un mes a otro, al menos, una vez durante el último año. Eso significa que todos ellos tuvieron un nuevo cargo de intereses adicionales en sus saldos, haciendo más difícil pagar la deuda.

[1] McKinsey & Company

De manera muy generalizada, los errores financieros más comunes que cometen la mayoría de los hispanos en EE.UU. son:

  1. Olvidan que el dinero es escaso, finito y que cuesta mucho conseguirlo. Por lo tanto, viven su vida con un nivel de consumo no acorde, incrementando de forma constante el nivel de deuda a pagar.
  2. No planifican, no definen el monto ni el tiempo, y lo más importante, el destino (fin) de sus ahorros.
  3. Compran sin pensar. “Si hay promoción, hay que comprar” e invierten en cosas que no se alinea con ninguna estrategia previamente pensada. Ejemplos, Tiempos compartidos para vacaciones, ropa de diseñador, autos de alta gama o personalizados, etc.
  4. Sólo depende de una fuente de ingresos.
  5. No tiene orden ni metodología con el manejo del crédito, ahondado en que no entienden su realidad económica y hasta donde podría endeudarse.
  6. Falta de educación financiera, que les permita conocer los beneficios de acceder al sistema crediticio formal, entendiendo las políticas financieras.

 

No obstante, lo anterior las nuevas generaciones de hispanos-latinoamericanos y en especial los nacidos en EE.UU., cada vez más, dan prioridad a los hábitos financieros inteligentes, como el seguimiento de los gastos y la elaboración de presupuestos, a tasas similares. También existe un creciente interés sobre temas como propiedad de la vivienda, inversión, ahorro y jubilación.

Las tendencias y hábitos financieros más notables entre los consumidores hispanos en comparación con sus homólogos no hispanos están más alineadas con disfrutar de una mayor estabilidad de ingresos y niveles más altos de empleo.

Financial habits of the US Hispanic

Lo interesante es que los hispanos, sin importar dónde se encuentren en el espectro crediticio, gastan más en cosas y menos en experiencias, la probabilidad de que gasten en electrodomésticos, aparatos, muebles y entretenimiento es muy alta en comparación con un posible gasto en vacaciones. De igual forma, si bien los hispanos tienen tasas hipotecarias similares a las del resto de la población, es mayor la probabilidad de que tengan, adicionalmente, un préstamo personal.  

En contraposición, existe una creencia arraigada de los países de origen en la que gastar con una tarjeta de crédito podría causarles problemas y optan equivocadamente por no utilizarla, afectando su score de crédito, por no entender la importancia de contar con un perfil de crédito en donde monto de la deuda es considerado como factor secundario en la evaluación crediticia, si no el hábito y la capacidad de buen manejo crediticio.

El termómetro social indica que en general los hispanos se sienten satisfechos con su situación financiera actual comparada con la que tenían en sus países de origen, razón por la cual sienten una mayor sensación de estabilidad financiera que el resto de la población, adicionalmente en muchos casos, las circunstancias los llevan por el camino del emprendimiento y el desarrollo de sus negocios reflejan un mayor optimismo sobre su futuro financiero.

Los hispanos generación X en adelante, en general conocen o manejan herramientas fintech y muestran cierto  conocimiento en el uso de aplicaciones como los de banca móvil, portales de banca virtual, así como realizar pagos con  teléfonos inteligentes y transferencia de dinero electrónicamente, entre otros, también es cierto que son los que están más inclinados en visitar una ubicación bancaria física y mantener una relación cercana con el gerente de la oficina o algún personal de atención al cliente.

El latino debe entender que el crédito, cuando se usa con prudencia y con la debida moderación, suele ser una opción más segura para la mayoría de sus necesidades de gasto, obteniendo ventajas financieras únicas.

Los bajos ahorros para la jubilación se asocian principalmente con hogares hispanos encabezados por adultos nacidos o criados fuera de los EE.UU. Es por esto que es importante, que se considere desde temprana edad las opciones de jubilación que se adapten mejor a las necesidades con el fin de preservar su nivel de vida, adicional al hecho de conocer otros productos financieros, que les permita planificar su futuro y dejar un legado, como, por ejemplo, el uso de los seguros de vida.

Finalmente, es necesario que los hogares hispanos conozcan la importancia de utilizar otros vehículos de alto rendimiento como los portafolios de inversiones de acuerdo con sus perfiles de riesgo y que compensen el bajo rendimiento de lo que culturalmente se cree como seguro (casas y automóviles) y para esto necesitan de la orientación y guía del personal de instituciones financieras que entienda que la sociedad hispana es cada vez más pujante y que representa un motor de la economía de EE.UU.